Talleres a 2 manos y 4 manitas

Mis niños no paran y de alguna manera, a poder ser productiva, creativa y agradable, tenemos que enfocar esa energía.

Por suerte y flexibilidad horaria pasamos las tardes juntos, así que solemos discurrir muchos días algún que otro "taller".

Cada uno participamos a nuestra manera, según lo interesante que nos parezca y el grado de madurez y paciencia que vamos desarrollando, claro. Juan siempre empieza muy entusiasmado, pero se suele cansar el primero, enseguida me dice yo no quiero pintar más, ya queda perfecto, o, así en blanco está muy bonito. Pero se emociona y se pone en marcha como el que más. Noa en cambio, tiene una paciencia absoluta, alarga los talleres todo lo que puede, tengo que hacer un esfuerzo por no decir las palabras prohibidas en nuestros ratitos especiales "Date prisa".

Hacemos cosas sencillas, muchas veces en la cocina: pizza casera, pan... Amasar es genial, aunque suele desaparecer algún trozo de masa, para jugar como si fuera plastilina.

Experimentamos con los sentidos en los jabones, olemos esencias, elegimos infusiones... Luego mientras se hacen.... manitas al bolsillo, hasta que están secos y entonces pintamos y embolsamos.

Cuando papá hace bricolaje ni os cuento, les encanta participar, poner tornillos, taladrar jugando en algún trozo de madera, montar muebles de Ikea...

No hace falta hacer unos "Talleres complejos", simplemente con dejar participar a nuestros hijos en tareas cotidianas, adaptándolas un poquito, especialmente en el ritmo, es suficiente para que se sientan personitas muy importantes.

Esta semana hemos hecho tarjetas de cumpleaños pegando dibujitos y escribiendo despacito el mensaje de felicitación, amasado y pintado un rico pan de leche, decorado jabones, fabricado labiales de diferentes sabores... Las tardes son largas y dan para todo, también para jugar en el parque e irnos de compras, no os penséis.



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