La rutina se esfumó y parece que tardará en volver

En ocasiones las metas se alcanzan y los sueños se cumplen.

De repente tu vida de un giro de 180 grados y te encuentras en un país extranjero con dos niños pequeños y con un nivel de inglés, que dicho suavemente, deja mucho que desear.

Y ahí vas, subiendo a los autobuses y equivocándote de parada, porque no acabas de entender lo que te dice la amable señora a la que le has preguntado, o quién sabe, igual es que no lo has pronunciado muy bien ;) . Es como jugar al teléfono roto pero de forma continuada.

Y compras bolsas de guardar pañales en lugar de toallitas, cuando tus niños hace años que ya no los utilizan... Y así unas cuantas anécdotas que te tomas con buen humor, asumiendo que has pasado de ser independiente a no poder vivir sin google maps y el traductor en el móvil.

Empiezas a sentirte orgullosa de ser capaz de que te entienda el carnicero cuando le pides huesos para caldo, aunque te llevas las chuletas gordas, porque a ver quien es la guapa que le explica que te gustan más finas, con el rato que te has pegado para conseguir el hueso.

Pero todo esto hace que seas más consciente de los momentos que estás viviendo, porque la rutina se esfumó, para lo bueno, lo malo o lo regular. Y te centras en los detalles positivos, en el paisaje que te rodea, tan verde como sacado de un cuadro, en andar sobre el césped mojado que parece almohadillado para que no te hagas daño al caer. En respirar el aire limpio bajo los árboles frondosos y robustos.

Y tienes tiempo para ti, haces pan casero para que la casa huela a hogar, vas a correr por la noche y descubres nuevas amistades que te cuidan sin pedir nada a cambio, porque el estar fuera de tu casa te vuelve más solidario y te enseña que pedir ayuda no es tan grave.

Y tus niños empiezan a decirte palabras en inglés esperando a que les contestes para corregirte, o te oyen descolgar el teléfono, hablar como buenamente puedes, y te dicen lo anonadados que se han quedado de lo bien que lo has hecho, ¡cómo me quieren! O te piden que poses para hacerte una foto, cuando estás horrible en el sofá, pero te sale una bonita sonrisa, porque te dicen: "Mamí posa así de guapa, como una fairy". Tanto parque con árbol de hadas les ha afectado, jijiji

O te encuentras un dibujo de tu niña que demuestra que esta aventura es UN REGALAZO.









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