Y llegaron algunas tardes relajadas...

Desde que empezaron el colegio, nuestras tardes han sido algo lunáticas, cambio de libro equivocado, comprar cuadernos que faltan, buscar escuela de danza, y un largo etcétera... cada día surgía un "detallito" nuevo.

Pero esta semana, ya parece que empieza nuestra nueva normalidad (hasta a Juan le gusta ya su cole), y tenemos alguna tarde para disfrutar en familia con tranquilidad. 

Como por ejemplo la de ayer, que llevaba programada desde el martes, pero que no había manera de poderla llevar a cabo. 

Todo empezó una mañana cuando me acerqué al centro para hacer unas gestiones, y aprovechando mi nueva situación temporal de "mujer florero" (a la que sinceramente me está costando poco cogerle el gusto) me fui a gastar mi tiempo en pasear y alcahuetear tiendas. 

Una de las que vi y que no pude resistir la tentación de entrar fue Tiger ¡me encanta!, es verme dentro y me vuelvo consumista de repente. Enseguida vi las cosas necesarias para pasar una tarde divertida. La podíamos haber pasado igual, pero... piqué.
  • Cestita para coger moras (en Irlanda hay como una plaga de frutos rojos)
  • Telitas para adornar los botes de mermelada que vamos a hacer con las moras recogidas.
  • Y algunos juguetes para entretener a los niños mientras hierven (pensar como entretenerlos, en los momentos delicados, es un detalle importante si queremos que funcione el taller de cocina).
Así que después del cole, nos fuimos a coger moras, cuesta un rato, les encanta y están concentrados buscando y recolectando con cuidado, algún incidente con ortigas tuvimos, pero nada grave.


Después fuimos a casa de una encantadora vecina que también tenía una buena bolsita de rojas y negras para agregar a las nuestras y así hacer mermelada para las dos. 

Al llegar a casa lavamos y preparamos las moras, mezclamos con el azúcar y el limón. Yo pongo más fruta que azúcar y suelo utilizar moreno sin refinar. Sale muy rica y más sana.

Y mientras hacía chuf chuf, mi niña montaba un telar y el peque un mecano sencillito. 


Luego a colar, embotar y a hacer el vacío para que se conserven bien. Al ser mermelada de moras, tiene muchas pepitas, por eso la cuelo, mínimo la mitad del bote porque me gusta que se noten pero poquitas.


Las telitas de adorno, las suelo cortar con retales que me sobran, pero éstas me encantaron y por dos euros quedan los botes preciosos. Venían diez círculos con sus diez gomitas a juego.


Y así pasamos la tarde de lo más entretenidos. 
Espero que os guste como idea para hacerlo alguna vez ahora que llega el otoño.

Comentarios

Entradas populares