Redefiniendo la normalidad

La casa ya está tranquila, hay silencio, los peques duermen. Y hoy disfruto de esta paz de manera más especial.

La semana ha sido intensa y frenética, muchas emociones concentradas en un periodo corto de tiempo, pero enriquecedor y reactivante sin duda. Volver a casa, aunque sea de visita, y sentirte mimada y querida es muy agradable.

Hemos besado y abrazado a la familia, menos Juan, que ha ido anunciando en cada encuentro que no le gustan los besos y que él no da (menos en alguna excepción que baja la guardia). Supongo que tanta gente de golpe a la que quiere y echa de menos ha sido demasiado para él.
Nos hemos reído y llorado de risa con amigos hasta quedarnos sin apenas voz, ¡qué ganas tenía de estar con mis chicas!. En definitiva, hemos pasado la semana con la gente que nos quiere. (Bueno, nos quiere más gente, pero 5 días no dan para más, mil perdones).

No han sido unas vacaciones de turismo o descanso como las que estamos acostumbrados, han sido unas vacaciones que podríamos llamar "de Amor" lo cual es genial. Pero creo que este ritmo no lo hubiéramos aguantado muchos más días.

Para los peques la intensidad ha desbordado su control emocional, Noa ha vuelto a Irlanda sensible y llorona, y Juan completamente descontrolado y nervioso. Lo cual pensamos que entra dentro de la normalidad, ya que controlar las emociones cuando eres niño y vas y vienes intentando adaptarte a un nuevo país, visitando "tu vida anterior", no debe ser fácil. Imagino que también se adaptarán y entrará dentro de su normalidad el cambio, pero poco a poco.

Y aquí estamos de nuevo, rodeados de la naturaleza que tanto nos gusta y que pienso que ha sido uno de los factores clave en nuestra adaptación, nos trasmite paz y serenidad, y estoy segura que contemplar su belleza nos hace más felices. Me encanta observar a mis hijos concentrados mirando el cambio de color de los árboles en otoño o a los animales que vamos descubriendo, creo que es un aprendizaje fantástico y vital. Y me siento orgullosa de poder trasmitírselo a ellos, aunque pensándolo bien, ellos también me lo enseñan a mí, haciéndome parar.

Os dejo algunas fotitos de esta naturaleza que nos rodea, el otoño aquí es realmente precioso. Hasta mi hija cuando le preguntan de qué quieren que la maquillen, pide que de otoño, ¡mucho más emocionante que de princesa!



Besitos a todos desde un poco más lejos, pero igual de intensos.

Comentarios

  1. eres fabulosa Sara, me encanta leer lo que escribes, te sigo aunque sea en la distancia y espero que estés fenomenal, aunque conociéndote estoy segura que además haces todo lo posible por que los demás lo estèn.
    muchos besos guapetona, para ti y para Jorge, Juan y Noa. me acuerdo mucho de vosotros. besos, besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Ana, la verdad es que estamos bien, le estamos cogiendo gusto a este país.
      Nosotros también nos acordamos mucho de vosotros y os vemos a menudo en las fotos de nuestras excursiones por el bajo Aragón, ¡qué año más bueno pasamos! Espero que estéis genial. Mil besos a los dos.

      Eliminar
  2. Que maravilla Sara!!!! Me encanta la entrada y las fotos.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares